Pues sí, querid@s amig@s: se les va a acabar la buena vida a los funcionarios de España, noble raza que campa a sus anchas por el territorio nacional, dejándonos en la retina esos momentos adorables de atención siempre amable, y ese desempeño siempre eficaz de su trabajo. Esas piezas fundamentales del mundo laboral, y en definitiva de la sociedad española, capaces de convertir su jornada laboral de ocho horas en la mitad (útil). Esa especie que, tras conquistar con esfuerzo titánico la plaza de funcionario del estado español, se acomoda en su madriguera y disfruta en su puesto de trabajo de la alegría que da saberse empleado de por vida. ¿He dicho de por vida? Pues no, querid@s amig@s, esto es lo que se va a acabar entre otras cosas, como puede leerse en esta noticia. Y es que quizá llegue a ser bueno y todo, que la gran empresa que es un país como España, empiece a funcionar como una empresa del siglo XX (sí, sí, XX; del XXI ya ni hablamos), y empiece a contratar y valorar a sus empleados como el resto de empresas, por su currículum, su desempeño día a día, y los resultados obtenidos, con una valoración contínua del trabajador. Y si los resultados no son los deseados, y el esfuerzo es insuficiente, a la rue. En fin, esto es todavía un anteproyecto de ley; y aún siendo aprobado, todo puede quedarse en un ínfimo tirón de orejas de cara a la prensa (aunque los políticos son conscientes de que el país no puede seguir funcionando de la manera que lo ha hecho hasta ahora, y de que los únicos funcionarios que aún pueden descansar cómodamente en horas de trabajo son ellos), de modo que por el momento nadie se asuste, y sigan durmiendo, que si pasa algo ya se les avisará.
Y como diría aquel gran hombre, Félix Rdez. de la Fuente, en los bosques españoles ya no se escucha el graznido del funcionario: "ZZZZZzzzzzzzzZZZZZzzzZzzzZZzzzZZZzzzzzzZZzzzz.......".
Es que las opos y el enchufismo ya no deberían existir. Debería importar tu formación, conocimientos y experiencia, vamos tu curriculum. Y funcionar de forma moderna, de modo que los empleados sean competentes, y no tengan la idea de "tengo chollo para siempre", que es lo que pasa hoy en día.
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