En esta vuelta al pasado que representa el gobierno de Feijoo en Galicia, me han llamado especialmente la atención (y no solo a mí) dos hechos: la fusión de las consellerías de medio ambiente, infraestructuras y urbanismo; y la designación de Agustín Hernández al frente de esta nueva macro-consellería.
La verdad, como dicen algunos ecologistas, es como poner al zorro al cuidado de las gallinas. Y es que un ingeniero de caminos, director general de Obras públicas con Fraga, y que acabó trabajando en empresas a las que poco antes de salir del gobierno adjudicó obras millonarias, responsable además por su cargo de la barbaridad de la Cidade da Cultura, no parece ser el adalid del respeto por las costas y el medio gallego, tan castigado sobre todo por el gobierno
fraguista. Pero bueno, así se hacen las cosas por aquí, básicamente, con dos cojones.
En fin, supongo que tampoco hay lugar para la sorpresa. Si algo bueno tiene esta gente es que se les ve más el plumero, no se andan con rodeos.
Feijoo, un personaje apadrinado por tipos de la talla de Beccaría o Álvarez Cascos, y que como ejemplo de su manera de hacer, en cuanto estuvo al frente de correos no hizo más que semi-privatizarla, que ha sido conselleiro con Fraga, y que ha puesto más gente de Fraga en el gobierno; nos trae la sensación de haber vivido esto ya, la sensación de déjà vu. El bipartito en Galicia no ha sido más que un pequeño paréntesis, una alucinación.
Pronto se empezará a notar.
Es curioso que dos de los cachorros de Fraga sean los que pasan por más "civilizados" en el PP.
ResponderEliminarEl talante es muy importante. Puedes hacer una política de derechas, pero sin bigote, con una imagen "moderna y dinámica".
Nos la van a meter doblada, ya lo estoy viendo...
El estilo Gallardón...
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